sábado, 25 de abril de 2009

INFLUENZA II

El Secreatario de Hacienda Agustín Cartens comentó a finales del año pasado cuando se comenzó a hablar de la crisis que afectaba a los Estados Unidos y a algunos países y que se dijo se extendería a todo el mundo: "En México no debemos preocuparnos, estamos vacunados contra la crisis y para nosotros sólo es un pequeño catarrito".

Lo cierto es que ese catarrito se convirtió en neumonía y hoy en día es toda una influenza en lo económico y en la salud de muchos mexicanos...

Ayer comentaba lo vacía que está la ciudad. Muchos tienen miedo de lo que pueda pasar con la influenza y sus consecuencias.

Hoy por la mañana acudí al Sam's Club y vi a muchas personas con su tapaboca. Gran cantidad de clientes compraban agua y pañuelos faciales como si la pandemia los fuera a alcanzar al momento y necesitaran surtirse de estos dos productos.

Estaba pensando que la gente es muy exagerada, cuando cerca de donde pasaba con mi esposa, una niña estornudó con tanta energía que no pude evitar contagiarme...

Y no precisamente de influenza o un simple catarrito, si no de la psicosis que atrapa al Distrito Federal. Lo primero que pensé fue "Híjoles, necesito un tapabocas" "Ahorita llegamos a la casa y me tomo un avitamina C" -para lo que me serviría la misma en caso de pescar el contagio ¿Verdad?.

El hecho es que ya no salí de casa, ni lo pienso hacer todo el fin de semana. Terminé comprando agua y lo suficiente en comida para una semana.

No sea la de malas...

viernes, 24 de abril de 2009

LA INFLUENZA

La vida diaria en la ciudad de México es hermosa pero conflictiva. Miles y miles de capitalinos buscando lo mismo: transporte, trabajo, un lugar donde comer...

Es difícil llegar a un sitio -el que sea- y que obtengas lo que quieres de inmediato. Personas por todos lados, es sin lugar a dudas, una ciudad cosmopolita.

En estos días un tema ha captado la atención y puesto en alerta a toda la población: La Influenza porcina. Decenas de casos de una enfermedad rara, personas jóvenes en su mayoría que han caído en cama víctimas de este mal que inicia como una gripe común, pero que llega a tener inclusive desenlaces fatales.

El gobierno, temiendo una epidemia catastrófica, ha decidido tomar medidas de emergencia, la primera y creo que acertada, ha sido la de suspender las clases de alumnos desde preescolar hasta la Universidad. Así, de un jalón, mantiene a millones de capitalinos fuera del alcance de un virus que amenaza con cobrar muchas víctimas. El tener a los niños en casa, evita uno de los mayores contagios que ocurren de manera frecuente a través de alumnos enfermos que depositan sus gérmenes en compañeros por el contacto diario e inevitable. Si entre adultos, acostumbramos saludar ya sea de mano o de beso estemos o no enfermos, los más pequeños, acostumbran a estornudarte en pleno rostro sin el mayor recato. Pocos niños siguen las normas mímimas de higiene.

Esperemos que la medida sea eficaz y que no dure muchos días. Pues bien, cabe decir que hoy, cuando salí a la calle a buscar alimentos, la ciudad -o por lo menos la zona en donde vivo- estaba desierta.

Sí, el temor ante lo que pueda ocurrir o simplemente el hecho de no tener que salir con niños, obligó a miles de capitalinos a permanecer en sus casas y resultó una verdadera delicia llegar y no tener que hacer filas en las cajas del súper mercado y ver pocos automóviles en un horario que por ser el de la salida de las escuelas, generalmente es catastrófico.

Lamentable resulta que sea por un virus y no por otros motivos menos desagradables, pero en fin, así es la vida diaria...

martes, 21 de abril de 2009

Un poema

Hoy quiero compartir simplemente uno de mis poemas
AMORES SIN SALIDA
No sabría como deshacerme de tus miradas,
si siendo extraños ahora
añoro lo que pudo ser tu amor.

Recojo los pedazos de mi corazón
y comparto contigo unos minutos de todo un día.
Ahí, acurruco mis tristezas
y las recibes entre palabras y sonrisas.

Si caminamos con direcciones distintas
¿cómo lidiar con el cruce entre nuestros dos caminos?

La complicidad de un brevísimo pasado
Hace crecer cada paso que damos juntos.
Después se finge que nada hay entre los dos
Y la melancolía habita nuevamente nuestros ojos.

Amores sin salida
Como obscuros finales amurallados;
Como el destino de algún olvido
Queda un pequeño brillo
Anunciando el inicio del futuro…